¿POR QUÉ NO HAY RESPUESTA SEÑOR?
Tito 2: 11-14
La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad,
y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en
este siglo sobria, justa y piadosamente, mientras aguardamos la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo. Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y
purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Probablemente lo que estás viviendo es muy difícil, y necesitas la ayuda de Dios, al cuál has pedido que obre, cambian las situaciones, te sientes triste, infeliz y sin sentido en tu vida. Pero a pesar de tus oraciones, parece que Dios no te escucha y no tienes la respuesta.
Nuestro concepto de felicidad es muy diferente entres las diferentes personas, dependiendo lo que visualizamos en base a nuestras experiencias, nuestras expectativas y nuestras carencias. De la misma manera, el concepto de Dios sobre la felicidad del “hombre”, para que se sienta autorrealizado, pleno, satisfecho y disfrutando de su vida, es muy diferente, en este caso, Dios si sabe que necesitamos, para alcanzar la “felicidad”. Dios es nuestro Creador, y conoce el funcionamiento de su Creación.
Quiero decirte que el Señor tiene un plan de eternidad para tu vida, no
solo de hoy sobre la tierra, sino después de la muerte en la eternidad para ti
y tu familia.
En el pasaje del libro de Tito, podemos tomar una reflexión en la que debes meditar. Aquí vemos que el principal propósito de Dios para nuestra vida, expresado en la “Gracia” (un regalo no merecido), es la salvación de todo ser humano. En nuestra vida, entonces, su regalo es la salvación de nuestra alma, no el deseo nuestro de la felicidad, el cual, es relativo y egoísta.
Las circunstancias de conflictos o problemas, que tenemos
con las personas a nuestro alrededor y los anhelos no alcanzados, que nos traen
frustración, sufrimiento e incomodidad, que nos hace sentirnos insatisfechos,
no es el enfoque de Dios en nuestra salvación.
Para alcanzar la plenitud de nuestra vida necesitamos “ser a imagen de Dios”, es decir transformados
a su imagen, y entonces seremos “felices”.
Para esto, entonces el enfoque de Dios estará en nosotros en
nuestro “proceso de cambio”, y no el
cambio de las personas a nuestro alrededor, ni de los problemas, ni de las
enfermedades, ni de las perdidas, ni de las necesidades, sino de nuestro “ser interior”, para que percibamos los
propósitos de Dios en nuestra vida.
Lo que nos hace sentirnos en sufrimiento es nuestras
perspectivas; de los problemas, las relaciones y las necesidades. Para que esto
cambie, necesitamos ver en nuestro interior, en nuestra naturaleza, en nuestros
deseos y nuestros impulsos. Cuando no alcanzamos lo que queremos, nos ponemos
tristes y deprimidos, pero muchas de esos deseos vienen de “la naturaleza de pecado” o “impulsos”
de los deseos del “Yo”.
Las cosas que nos pasan, a personas que profesan una fe o que
no la tienen, Dios las permite y las usa para cambiar nuestra vida. Nosotros no
vemos que él nos esta “quebrantando”
para que nos acerquemos en la búsqueda, con el propósito de “tratar nuestro perfeccionamiento
espiritual”. Somos llamados a que
los pensamientos, los sentimientos, los deseos se sujeten a la Palabra
y ser como Cristo, para agradar a Dios y disfrutar de su presencia ahora y por
la eternidad.
ORACIÓN POR NUESTRA VIDA
Señor me siento angustiada por lo que estoy viviendo y me
siento infeliz. Pero vengo delante de ti para pedirte que hables a mi vida, y me
muestres tu voluntad. Lo que quieres hacer en mi vida para ser cada vez más
como tú quieres que sea. Cambia mi mente, quita de mí el dominio de la carne y
sus deseos. Señor tu eres sabios. Tu sabes lo que necesito para ser feliz. Y en
medio de mis problemas se que tú vas obrar. Te alabo por tu misericordia y tu
gracia. Lléname con tú presencia en el nombre de Jesús mi Señor y Salvador. Amén.
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